Cómo enfocar la pretemporada. Encajando el puzzle.

En esta ocasión nos centraremos en como distribuir la carga condicional, sin que esto afecte a la construcción del equipo.
Nuestro trabajo, como el de muchos otros, esta basado en los microciclos estructurados, introduciendo diferentes bloques concentrados a lo largo de la temporada, de según que cualidad.
En el comienzo de la pretemporada predominarán las sesiones de caracter general, tanto de fuerza como de resistencia. En el caso de jugadores jóvenes, estas sesiones deberán de ser más numerosas que si se tratase de jugadores con un bagaje competitivo mayor. Nosotros planteamos tareas de una duración aproximada a 10 minutos, donde aparecen los pases, los controles orientados, el uso del cuerpo y los perfilamientos. Los juegos de posición estarán enfocados a la transferencia de esos pases y controles, para adquirir continuidad en el juego. Circuitos físicos con autocargas, en donde buscamos adaptaciones en el futbolista para soportar las cargas venideras.
El trabajo de gimnasio, se realiza fuera de los 90 minutos de entrenamiento, adaptado y diseñado individualmente a cada jugador.
El trabajo de resistencia específica, poco a poco va solapando al trabajo aeróbico de base, esto lo logramos introduciendo exigencia e intensidad en las carreras, sobre todo en la frecuencia de las mismas. Empezamos a educarles, los jugadores alejados, no pueden "ver el partido", tienen que vivirlo, siempre hay algo que hacer. Los juegos de posición se realizan con un número más pequeño de futbolistas, en consecuencia la participación de cada jugador, se eleva. La fuerza de base, poco a poco, va dando paso a la fuerza desarrollo, que en nuestro caso, se realiza en el gimnasio y fuera de los 90 minutos de la sesión .
Hasta aquí, prácticamente son sesiones con el balón como protagonista. Llega la hora del desarrollo de una de las cualidades más importantes y con más influencia en el juego, la potencia  aeróbica.
Para trabajar la potencia aeróbica debemos conocer el umbral anaeróbico de cada jugador. Esto nos lo dan los test de esfuerzo realizados a cada jugador, por nuestro servicio médico. De una manera más artesanal, se podría sacar.
Una vez que lo sabemos, debemos trabajar sobre el él, o bien por frecuencia cardíaca, o bien por velocidad tiempo de carrera. La frecuencia cardíaca la utilizaremos cuando trabajemos con fútbol, la velocidad o tiempo, cuando hagamos carreras.
Le damos tanta importancia, ya que la elevación de ese umbral, nos permitirá que la fatiga aparezca más tarde, logrando hacer más esfuerzos y más largos, durante más tiempo. Posteriormente mantener ese nuevo umbral será nuestro nuevo objetivo, para darle otro pequeño empujón a mitad de temporada, pero esto ya lo trataremos en otra ocasión.
Esta será de las pocas ocasiones en donde nos gusta más no utilizar el balón. Y lo explicamos.
Para utilizar el fútbol, deberemos reducir el número de jugadores, variar los espacios, modificar contextos de juego, todo esto nos aleja un poco de la realidad. Pero lo que más condiciona nuestro planteamiento, es que los jugadores más expertos, son capaces de realizar la tarea correctamente a nuestros ojos, porque su técnica, lectura de juego y su conocimiento del juego, le hacen estar siempre bien situado, y además son capaces de hacerlo sin esfuerzo, por tanto, sus f.c. están por debajo de los registros requeridos.
De otro modo, si hacemos series de 4 minutos, en donde deben ir a un determinado tiempo por vuelta, y como consecuencia de esa velocidad, cada jugador lleva su f.c. objetivo, conseguiremos que nadie se "ateche" y que todos trabajen en el rango de f.c. necesaria para elevar su UAI (umbral anaeróbico individual).
Pero no debemos olvidar, que la misión más importante que tenemos será la detección, regulación, adaptación y control de las "cargas físicas escondidas" en las tareas tácticas, ya que no olvidemos, esas serán las importantes para que nuestros jugadores sean capaces de jugar bien. Cómo, Cuándo y Hacia dónde correr.
Fuerza explosiva, producción láctica, y mantenimientos, serán lo siguiente que debemos encajar.